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Arbitraje

La arbitraje es un método para resolver disputas sin un procedimiento judicial. Durante el arbitraje, las dos partes enfrentadas presentan sus pruebas y testimonios a un tercero neutral. El árbitro revisa las pruebas y toma una decisión que puede ser vinculante o no vinculante. Si es vinculante, la decisión del árbitro es definitiva; si no lo es, el caso puede continuar en juicio. Aunque no siempre es la solución final, el arbitraje tiene varias ventajas sobre el litigio, entre ellas que:

El arbitraje resuelve el caso mucho más rápido ya que el árbitro, a diferencia de un juez, no necesita seguir precedentes legales ni explicar su razonamiento. Esto es especialmente importante ahora que el sistema judicial está muy saturado. El arbitraje es, en la mayoría de los casos, menos costoso que una demanda tradicional. En casos que involucran temas técnicos o científicos, se pueden elegir árbitros con un área particular de especialización. El arbitraje es generalmente privado, a diferencia de una audiencia pública. En la mayoría de los casos, el arbitraje no puede apelarse, lo que también ahorra tiempo y dinero.

Debido a su mayor flexibilidad, el arbitraje se elige a menudo en lugar del litigio como un proceso más eficiente.

El arbitraje es una forma de resolución alternativa de conflictos y se utiliza para evitar un procedimiento judicial para personas involucradas en una disputa. En el arbitraje, las partes en conflicto seleccionan a un tercero neutral, llamado árbitro. El árbitro realizará una o más audiencias en las que ambas partes pueden presentar pruebas y testimonios. Después de revisar las pruebas y testimonios de las partes, el árbitro emitirá una decisión. En la mayoría de los casos, la decisión del árbitro es definitiva, aunque el arbitraje puede ser vinculante o no vinculante. En el arbitraje no vinculante, cualquiera de las partes puede rechazar el laudo del árbitro y entonces el caso seguiría a juicio. Normalmente, la decisión del árbitro no se permite mencionar en el juicio.

En algunos casos, el arbitraje es obligatorio, principalmente cuando los contratos entre las partes establecen que cualquier disputa se resolverá mediante arbitraje. Los árbitros no tienen que seguir precedentes legales, como los jueces. Tampoco están obligados a explicar el razonamiento detrás de su decisión. El arbitraje puede realizarse por un árbitro único o por un panel de varios árbitros.

El arbitraje puede ofrecer varias ventajas frente a un procedimiento judicial. Primero, los arbitrajes suelen ser más rápidos que los litigios, especialmente ahora que las agendas judiciales están saturadas en muchas zonas del país. El arbitraje también tiende a ser menos costoso que una demanda tradicional. Además, si la disputa es de naturaleza muy técnica o científica, se pueden elegir árbitros con experiencia en ese área. Los procedimientos de arbitraje suelen ser privados y no públicos, como en un juicio. Por último, el hecho de que las decisiones tomadas en un arbitraje generalmente no pueden apelarse ofrece la ventaja de certeza para la parte ganadora.

Los árbitros en muchas áreas pueden otorgar una variedad de remedios. Estos incluyen ordenar que una parte pague una suma de dinero, ordenar que una parte haga o no haga algo, hacer una declaración sobre un asunto determinado en el arbitraje, ordenar el cumplimiento de un contrato o anular un contrato. Los árbitros también pueden tener la capacidad de obligar a terceros a cumplir con solicitudes de descubrimiento al revelar documentos u otra información crítica.

Si considera que el arbitraje puede ser una opción a considerar para su disputa legal, comuníquese hoy mismo con nuestro bufete de abogados para una consulta.